Lewis Hamilton tuvo una carrera casi perfecta en su casa, el Gran Premio de Gran Bretaña, donde se llevó la carrera demostrando una vez más un gran manejo e inteligencia en la pista. En el podio lo acompañaron su coequipero, Valtteri Bottas y el monegasco, Charles Leclerc, quien se vio beneficiado del choque entre Max Verstappen y Sebastián Vettel.

Hamilton arrancó desde la segunda posición, luego de que el día anterior el piloto más rápido fuera Bottas, dándose de nueva cuenta una fuerte pelea entre los coequiperos, en la que por momentos Hamilton adelantó a Bottas, quien más adelante recuperaría la posición.

Cerca de la mitad de la carrera un safety car, derivado de un despiste del italiano Antonio Giovinazzi, cambió la carrera por completo. Valtteri Bottas había entrado a pits unas vueltas antes del accidente y se mantenía por encima de Hamilton, quien aprovechó la situación para hacer su entrada y salir por delante del finlandés, posición que ya no abandonaría en lo que quedó de la carrera.

El cambio de pavimento que tuvo la pista de Silverstone provocó un descontrol en los neumáticos para todos los equipos, incluyendo al campeón de Mercedes-AMG Petronas a quien su equipo pidió ingresar a boxes para hacer otro cambio de neumáticos, pero el inglés tenía otra idea, por lo que se mantuvo en la carrera y en la última vuelta logró incluso arrebatarle a Bottas el punto por la vuelta más rápida, demostrando una vez más que es uno de los grandes del automovilismo de todos los tiempos.

La próxima carrera se llevará a cabo en Alemania, donde el año pasado, los pilotos de la escudería Mercedes-AMG Petronas consiguieron los dos primeros lugares, cosa que buscarán repetir para mantener la ventaja sobre su más cercano competidor, que es Ferrari.